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1.060 familias afrodescendientes aumentaron sus ingresos en el norte del Cauca.

embajadorDesde el año 2013, ACIP ha fortalecido a dos asociaciones afrodescendientes de agricultura tradicional y beneficiado a 1.060 familias en la región devastada por el conflicto armado del norte del Cauca. Gracias a ello, la Asociación de Productores de Finca Tradicional (ASPROFINCA) y la Empresa Comunitaria Brisas del Río Aguablanca (ECOBRA) han recuperado prácticas tradicionales de agricultura, como intercalar cosechas de café y piña con árboles frutales y hierbas medicinales para aumentar la fertilidad de la tierra e incrementar su producción en pequeños terrenos cultivables de 1 a 2 hectáreas. En una visita reciente del Embajador de los EE.UU. en Colombia, el Ministro de Trabajo, el Viceministro de Justicia y el Director del DPS a una finca de un integrante de ECOBRA, los líderes de la comunidad expresaron que el apoyo de ACIP les ha ayudado a acceder a otras opciones de ingresos y permitido permanecer en sus tierras ancestrales. En el curso de los dos últimos años, la asociación ha reunido más de 1 millón de dólares de la venta de café, piña, mango y caña de azúcar. Caso que contrasta con el pasado, cuando la asociación estaba tan debilitada que ni siquiera podía determinar sus ingresos. Además, líderes comunitarios aseguraron que los jóvenes que trabajan en granjas familiares a cambio con un sueldo decente tienen menos probabilidades de participar en actividades ilícitas, como la minería ilegal o el cultivo de coca, o de ser desplazados por motivos económicos.

1,060 Afro-Colombian farming families build incomes in northern Cauca.

Since 2013, ACIP has strengthened two Afro-Colombian traditional farming associations, benefiting 1,060 families in the conflict-affected region of northern Cauca. Together, the Northern Cauca Association of Traditional Farm Producers (ASPROFINCA) and the Community Company of the Agua Blanca River (ECOBRA) have recovered traditional farming practices, such as interspersing coffee and pineapple crops with fruit trees and medicinal herbs to promote soil fertility and increase production on small, 1-2 hectare lots. In a recent visit by the US Ambassador to Colombia, Kevin Whitaker, and two Colombian ministers to an ECOBRA-member farm, community leaders echoed sentiments that this support has helped to provide income generation options and allow them to remain on their ancestral lands. During the past two years the association garnered more than US$1 million in coffee, pineapple, mango, and sugar cane sales; previously the association was so weak that it had no way of formally tracking income from sales. Furthermore, community leaders expressed that youth who are able to work on family farms for a decent income are less likely to become involved in illicit activities such as illegal mining or coca growing, or to be displaced for economic reasons.