Madres, Esposas y Pescadoras
Las mujeres madres, esposas y pescadoras. Cuando están pescando, están contentas.
Aida Nelis Moreno de 42 años, Tatiana Perea Bonilla de 28, Berenice Gómez Moreno de 52 y María Mercedes que cuenta su vida con sonrisas porque desconoce su edad.
El día comienza, se levantan, se bañan y preparan el desayuno (plátano o banano, se usa muy poco la arepa o el café) y se preparan para iniciar su rutina. A veces los esposos se van solos a pescar y ellas se quedan en la casa cocinando.
Los hijos de Aida Nelis, Berenice y María Mercedes son grandes ya, independientes, sin embargo, aunque ellos han salido, ellas se quedan en la labor, porque a veces sus hijas e hijos pasan momentos de dificultad y acuden a sus madres para pedir ayuda.
“Nos hace felices vivir en Nuquí; compartir con los demás, compartir con los compañeros, con los vecinos. Cuando uno está pescando, capturando buen pez, uno se alegra, se contenta. El tiempo se va pasando y uno no sabe a qué hora se va el tiempo y quiere seguir pescando más” dice orgullosa esta madre nuquiseña.
Estas mujeres madres, esposas y pescadoras, normalmente van con sus esposos o con sus hijos en las embarcaciones como apoyo, ellas ayudan, pero “cuando los esposos no están, vamos a pescar” dicen entre risas, porque lo que más les gusta hacer es “ir a pescar en su canalete”.
También suelen salir mar adentro a pescar de noche. “Cuando uno se va a pescar de noche, cuando al principio la noche se hace oscura, a las 6, y lleva sus mechones para alumbrar. Cuando está uno alumbrando acá, los ojotes llegan cerquita y uno pesca lo que necesita, yo he pescado hasta 110” cuenta Aida.
Ellas dicen que siempre les va bien. A veces tienen más suerte que los esposos, en los momentos en los que ellos quieren desistir, ellas insisten y siempre reciben una bendición.
Fotografía: Andrés Mosquera
Texto: Norma Londoño